domingo, 13 de mayo de 2012

Baron Davis: Lo que pudo haber sido


Quedan 5 minutos para el final del 3Q en el tercer partido de las series que los Heat van ganando a los Knicks por 3-0. Un balón suelto en el parqué del Madison Square Garden acaba en las manos de Baron Davis. Wade y Mike Miller corren a su lado, pero él sabe perfectamente lo que tiene que hacer. Lo ha hecho miles de veces, en Los Angeles, en Charlotte, en San Francisco, en todos los pabellones que ha pisado a lo largo de sus 13 años como profesional. Pero esta vez no sale bien. Al apoyar con fuerza la pierna derecha para entrar a canasta, su rodilla vuelve a ir por su cuenta. No hace falta exploración, Baron sabe lo que ha pasado. Sus ligamentos han vuelto a dejarle tirado y esta vez quizá sea la última. Rotura del cruzado anterior, del lateral interno y del tendón que sujeta la rótula. Lesión compañera, casi familiar.



Todo comienza cuando, en su primer año en UCLA, un impresionante Baron Davis se lesiona el cruzado anterior. Una torcedura, nada que acabe con su carrera; Davis es joven y en UCLA se trabaja muy bien físicamente a sus jugadores. Se recupera para su segundo año convirtiéndose, incluso, en un jugador más agresivo, rápido y físico. En resumen, explosivo. Acaba su etapa universitaria promediando 14 puntos y 6 asistencias, siendo una de las joyas de la clase del draft de 1999. Elton Brand termina siendo número 1 elegido por los Clippers y, Steve Francis de por medio, Davis sale elegido en el número 3 por los entonces Charlotte Hornets.

 Titular indiscutible desde su año Sophomore, Davis y los Hornets, a caballo entre Charlotte y Nueva Orleans, llegan a Playoffs en años sucesivos, cayendo antes de alcanzar las finales de conferencia, aunque siempre combatiendo en las rondas previas: primero dan la campanada y eliminan a los Heat de Hardaway y Alonzo Mourning con un 3-0 (por aquel entonces las series eran a 5) y luego se lo ponen difícil a los mejores Bucks de los últimos tiempos. En estos años, Davis adquiere categoría All Star, pero las lesiones de diversa índole y sus supuestos problemas con los diferentes entrenadores acaban forzando su salida en 2005, con destino a su California natal, para jugar en los Golden State Warriors de Don Nelson y los  Jason Richardson, Stephen Jackson, Matt Barnes y un joven recién salido del instituto, Monta Ellis.



Con los de San Francisco exhibe todo su potencial en un esquema de juego basado en la velocidad y los resultados de anotaciones altas. En su segundo año, consigue meter al equipo en PlayOff después de una temporada regular, marcada por una operación de rodilla que le deja en el dique seco varios meses. En primera ronda, como octavos, vencen por 4-2 a los Mavericks, que venían de lograr 65 victorias y eran firmes candidatos al anillo, y, en segunda ronda, Davis alcanza su momento álgido realizando unas series espectaculares contra Utah Jazz, en las que los de Salt Lake City se vieron obligados a realizar un juego duro para contener al base y al potente juego exterior californiano. Surgió efecto y Golden State volvió a caer eliminado, pero Davis ya había dejado su impronta en el mundo del baloncesto.


       26 puntos y 7 asistencias por partido, amén de un mate categórico sobre Andrei Kirilenko que se grabó en las retinas de los aficionados, obligaron al mundo baloncestístico a rendirse ante uno de los jugadores más en forma de la temporada. Dos años más sin rastro de lesiones parecían presagiar un futuro brillante para Baron, que seguía aumentando estadísticas con más de 20 ppp y 8 asistencias durante dichas temporadas. Sin embargo, el paupérrimo camino en Play Off de los Warriors, así como las fricciones personales con Don Nelson, llevaron a Davis a probar suerte como agente libre y recalar en los Clippers en 2008. El base jugaría en la “otra” franquicia de su ciudad, ahora huérfana tras la marcha de Elton Brand a Philadelphia, pero ya nada era lo mismo. Después de unas temporadas sin mucho ruido, los Clippers traspasan a Baron Davis a los Cavaliers post-LeBron y, en ese mismo verano, unos Knicks necesitados de un organizador de juego le contratan como agente libre. Parecía que podría cerrar su carrera como es debido, aunque problemas en la espalda debido a una hernia hacen que se pierda gran parte de los partidos de esta temporada, lo que conlleva a la apuesta de los Knicks por Jeremy Lin y la explosión del fanatismo por el jugador asiático. La lesión de Lin vuelve a dar una oportunidad a Davis, que juega un gran primer partido contra Miami y mantiene un digno nivel a lo largo de la serie, pero ya sabemos que esta historia no acaba bien.


Con un tiempo estimado de recuperación de 12 meses, lo más lógico es que Baron Davis ya haya jugado su último partido como profesional. Se pierde, así, al que en su día fue uno de los bases más completos de la liga, capaz de anotar, asistir y robar, y, a su vez, se une a la larga lista de  grandes jugadores que se quedan sin anillo de campeón. En la memoria quedarán aquellos años en San Francisco, aquella barba Hardeniana, aquel póster a Kirilenko y, sobre todo, aquel jugador que pudo ser mucho más de lo que sus rodillas quisieron que fuera.


    by @NotColdStats

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